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A 11 MESES DE LA TRAGEDIA DEL EDIFICIO DE SAN MARTÍN 657
“Mi papá comenzó a morir luego de lo sucedido el 22 de marzo”
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Lunes, 25 de febrero de 2013

Enrique Zarabozo es el propietario de la casa lindera al edificio en el que ocho obreros de la construcción perdieron la vida.A casi un año, recibió a época y comentó en detalles lo vivido antes y después de la tragedia.


Pasaron once meses de la tragedia del edificio de San Martín al 657 en la que perdieron la vida ocho obreros de la construcción. El tiempo pasa, la Justicia sigue su lento proceso y decenas de familias son víctimas de una película de la que nunca quisieron ser protagonistas.
A 37 días de cumplirse un año de la mayor tragedia en un edificio en construcción de la ciudad de Corrientes, época recorrió la casa lindera en la que varias personas cayeron sin poder recuperarse de las lesiones.
Enrique Zarabozo (51) es corredor inmobiliario, junto a su padre Enrique Omar y su socio Adrián Bandera, eran los eslabones fundamentales de la firma “Administrar Bienes Raíces”.
El local comercial funciona justamente a lado del edificio de la tragedia. A once meses de lo sucedido, hizo un repaso de lo vivido desde el mismo momento en que comenzó a construirse el edificio.
El pasado viernes la jornada se presentó soleada y algo calurosa. Pasadas las 16:30 un equipo periodístico de época se acercó a la calle San Martín al 600. Allí nos esperaba Zarabozo.
Luego del saludo formal comenzamos a recorrer el piso superior de su domicilio. Allí el panorama es desolador. La postal que predomina incluye escombros, chapas y hierros retorcidos.
Mientras nos detalla lo vivido aquel 22 de marzo de 2012, comenzamos a avanzar con las preguntas.

¿Qué pasa por tu cabeza a 11 meses de lo sucedido?
Desde el 22 de marzo que comencé a ser protagonista de una película de la cual nunca quise ser parte.

¿Qué cosas no puede superar aún?
Nada más y nada menos que la pérdida de mi padre. Si bien falleció el 10 de noviembre, el comenzó a morir el 22 de marzo. Desde ahí comencé a ser parte directa de la tragedia. Mi viejo no pudo superar lo sucedido. Tenía 77 años, amaba su familia, su casa, su lugar de trabajo, los autos y era fanático de Boca Juniors. De la noche a la mañana le cambiaron de vida. No tenía plan “B”.

¿Qué quiere decir con plan “B”?
Creo que en la vida y especialmente en el campo laboral siempre hay que tener un plan “B”. A veces cuesta mucho pero hay que intentarlo. Por ejemplo, luego de la tragedia le comuniqué a mi socio que no iba a trabajar más los días sábados. El principal motivo es disfrutar de mis hijos y despejar la cabeza. Lamentablemente mi viejo no logró superar que la vuelta a casa iba a llevar su tiempo.

¿Todavía la casa no está en condiciones de ser habitada?
En un gran porcentaje no. Hay estructuras de hierros que atraviesan los techos de las habitaciones. Además, no estoy en condiciones económicas de invertir si todavía hay cuestiones pendientes con la Justicia y el sector empresarial. Justamente todas estas situaciones llevaron a que mi padre sufriera dos ACV que le provocaron la muerte.
Lo sucedido no estaba en mis planes aunque cuando empezó la construcción sabía que venían tiempos complicados. Luego de la tragedia fueron a vivir a un hotel. Recién en julio del año pasado se trasladaron a un departamento. Ahí recién mi padre se da cuenta que va ser difícil la vuelta en el corto plazo.

¿Por qué pensaba eso?
Conozco el rubro y a la mayoría de los empresarios de aquí. Muchas veces el poder económico genera temor. Por ejemplo, si denunciás por los ruidos y los materiales que muchas veces caen en las casas linderas, te podés encontrar con perjuicios mayores que luego son admitidos por los encargados de la construcción pero argumentan que son de manera accidental. Es decir, la gente no denuncia por miedo a que haya represalia o que los materiales que caen puedan ser más grandes con el paso del tiempo.

¿Antes de la tragedia tuvieron episodios de estas características?
Si. La construcción comenzó a mediados de 2011. Desde ese día vivimos una tortura. Durante 15 días tuvimos que soportar el ruido del martillo neumático, situación que nos provocó complicaciones en el plano laboral. Otro dato es que los fines de semana mi hobby pasó a ser limpiar el patio y el techo de mi casa por la cantidad de materiales que caían.

Es notoria la cantidad de edificios que se construyeron en el último tiempo. ¿Qué cosas creen que cambiaron?
Desde el 2005 a la fecha se construyeron en la ciudad mil edificios. La Municipalidad de Corrientes desde la década del '90 tiene sólo nueve inspectores en la Dirección de Obras Particulares y esa cantidad se mantiene. De esta manera no se puede controlar de manera eficiente. Las multas son una fuente de ingreso económico para las distintas gestiones. Estamos todos funcionando detrás de la multa, no de la prevención del delito.

¿Además de los controles, qué otras falencias puede remarcar?
Siempre fui un inquieto de la construcción porque soy maestro mayor de obra. Antes nos metíamos en obras y había un solo capataz. Hoy tenés varios capataces y, además, un número importante de subcontratos. Esto genera que vos como vecino de una construcción solicites silencio en ciertos horarios, quizás el encargado del área de carpintería haga caso a tu pedido pero el herrero no.
Este es un simple ejemplo pero lo que sigue siendo el talón de Aquiles son los controles. En esta tragedia sucedió eso. El edificio tiene falencias por donde se lo mire. Ese 22 de marzo había inspectores de Tránsito desviando los vehículos porque estaban los camiones de mezcla cargando en las columnas.

¿Cómo fueron los minutos previos al derrumbe?
Lo que siempre remarco es que mi hijo Valentín (8) se salvó por obra de Dios.
Recuerdo que salió de la escuela a las 12, fue a la habitación de la abuela, estuvo 20 minutos. Ese día en el colegio tuvo su primera clase de inglés. Tenía prohibido estar en el patio las veces que hormigonaban, pero ese día salió un rato al patio con la condición que luego haga las tareas de idioma. A las 12:48 ingresó junto a la perra a la oficina -no tenía permitido ingresar a la mascota en ese sector de la casa, acotó Enrique-. Dos minutos más tarde ocurrió lo peor.

¿Cuál fue tu primera reacción?
En principio mirar el estado en que se encontraban mis seres queridos. Luego salí al patio y me encontré con el horror. De ahí me dirigí a la calle y el caos era generalizado. Había gente que quería ingresar a mi casa. Yo me negaba y cuando me informaron que había gente en los techos pensé en mi madre -Irma Amalia (83)-. Justamente en la habitación de ella estaban los restos de tres chicos. No podía salir de mi asombro al ver a esos jóvenes. Reitero que me transformé en el protagonista de una película de la cual no quise ser partícipe. Me cambiaron la vida.

¿Le afectó en el campo laboral la tragedia?
Si. Este es el peor momento. Paradójicamente para el rubro es temporada alta pero a mí me está yendo muy mal. Estamos en los últimos días de febrero y desde que comenzó el año solo realicé tres alquileres y una venta. De seguir así, peligra la empresa.

¿Ante este panorama piensa en realizar la demanda civil?
Seguramente lo haré en los próximos meses. La parte empresarial se acercó para hacer un acuerdo. Me ofrecen 247 mil pesos por todo concepto. No tengo problemas en hablar pero esta cifra no puedo aceptar. Ante esta cifra irrisoria ya se acercó un grupo de amigos abogados para comenzar con la demanda civil. Los daños fueron enormes, según la pericia hay entre 27 y 30 mil kilos de hormigón en el patio de mi casa.

Es un hombre comprometido con los familiares de las víctimas. A casi un año ¿cómo los ve?
Me siento víctima y los voy a acompañar siempre. Lo que me llama la atención es que cada vez son menos las personas que van a las marchas. Debemos tener memoria y no olvidar lo sucedido porque todos podemos ser el vecino de al lado.

Estado de la causa
La causa se encuentra aún en plena etapa investigativa y todavía no finaliza la última ronda de testimoniales que debería contar con la declaración del sobreviviente Nelson Valenzuela, quien hace unos días acudió a una revisación médica en la morgue judicial. Allí se evaluó su aptitud para prestar declaración ante la juez de Instrucción Nº6, Graciela Ferreira. La magistrada había suspendido una audiencia con el joven -en diciembre del año pasado- debido a que su estado de salud no habría sido el óptimo para relatar pormenorizadamente los acontecimientos de aquel jueves fatídico en el que murieron Williams Valenzuela, Jorge Acevedo, Eduardo Acevedo, Ramón Zacarías, Marcos González, Diego Rodríguez, Enrique Sosa y Pablo Alejandro Medina.


Lunes, 25 de febrero de 2013

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