El arzobispo emérito de Corrientes reflexionó acerca de la histórica dimisión de Benedicto XVI. Lo conoció hace muchos años en Roma, destacó su humildad y su aporte como pensador. Señaló que la noticia de su renuncia lo entristeció y dijo desconocer quien será su sucesor.
Hoy no será un día más para la comunidad católica, pues el pontificado de Benedicto XVI concluirá a 16 (hora de Argentina). A partir de entonces, Joseph Ratzinger llevará el título de “Papa emérito” o “Pontífice romano emérito”.
En razón de la dimisión del sumo pontífice, época dialogó con el arzobispo emérito de Corrientes, Domingo Salvador Castagna, quién lo conoce desde hace muchos años, cuando aún era cardenal de Alemania.
“Todos aún estamos conmovidos por su renuncia. Es un hecho insólito, hace nada menos que siete siglos que no ocurre algo así. Al enterarme de la noticia me sentí triste, pero al escuchar al Santo Padre en su despedida ante una plaza San Pedro colmada, lo noté sereno y convencido de su decisión. Eso me tranquilizó y comprendí que Dios nos dio el regalo de contar con un Papa emérito”, aseveró el prelado.
De igual modo, Castagna agregó que “se que es una persona de una gran humildad, que seguirá comprometido con la misión evangelizadora de la Iglesia desde la oración. También será un buen consultor del nuevo Papa, su aporte será de gran importancia”.
En ese sentido, consultado sobre quién sucederá a Benedicto XVI, manifestó que “es muy difícil saber quién puede ser el nuevo Papa, históricamente hubo muchas sorpresas, pero no creo que sea argentino”.
Al respecto de las múltiples elucubraciones que se hicieron a poco de conocerse la dimisión de Ratzinger, Castagna indicó que “es normal que eso ocurra, porque sabemos la relevancia que tiene una figura como un Papa. Esto demuestra la importancia que tiene la Iglesia en el mundo, a nadie le fue indiferente su renuncia”.
En otro orden, sumó que “será recordado como un gran pensador. Si bien su pontificado duró sólo 8 años, pienso que deja un aporte significativo”.
Las comparaciones con Juan Pablo II
Desde el inicio del papado de Benedicto XVI (24 de abril de 2005) se le criticó que era mucho menos carismáico y viajero que el recordado Juan Pablo II, de quien era su mano derecha.
Sobre ello, el arzobispo emérito de Corrientes puntualizó que “cada uno tiene su característica. Dios distribuye muy bien los dones, yo lo recordaré como un maestro, un gran pensador”.
Según lo difundido por la oficina de prensa del Vaticano, la última jornada del Papa alemán constará de un saludo -por la mañana-en la sala Clementina a todos los cardenales del mundo que estuvieron llegando estos días a Roma.
Por la tarde, se dirigirá en helicóptero a Castelgandolfo, a unos 30 kilómetros de Roma, donde residirá por los próximos meses.
Cerca de las 17, hora local, Benedicto XVI se trasladará desde el patio vaticano de San Damaso, acompañado por la Guardia Suiza, al helipuerto, donde recibirá el saludo del cardenal decano Angelo Sodano y luego partirá hacia la residencia apostólica de verano de Castelgandolfo.
Allí será recibido por las autoridades locales, el alcalde y el párroco, ante quienes el Papa brindará un saludo a toda la diócesis, que se constituirá en el último acto de Ratzinger como Sumo Pontífice.
Jueves, 28 de febrero de 2013